miércoles, 16 de agosto de 2023
16/08/2005 <<< 16/08/2023
miércoles, 21 de junio de 2023
Escrito para mi...
A mi yo de ayer, te pido disculpa si no pude hacer lo que quisiste ser...
Érase una vez, en un tranquilo pueblo rodeado de cerros y mar, vivía un niño llamado Carlos. Carlos era un niño imaginativo y creativo, con una mente llena de historias y palabras. Desde muy temprana edad, sabía exactamente lo que quería ser: un escritor.
Cada noche, Carlos se sumergía en libros y dejaba volar su imaginación por las páginas impresas. Soñaba con crear mundos de ficción, dar vida a personajes inolvidables y compartir sus pensamientos y emociones a través de la escritura. Pero mientras crecía, las presiones de la realidad se interponían en su camino.
Conforme Carlos se adentraba en la adolescencia, las expectativas y los consejos de los demás comenzaron a influir en sus decisiones. Sus padres, preocupados por su futuro, le recordaban constantemente la importancia de buscar una carrera "segura" y estable. Los sueños de Carlos de convertirse en escritor se desvanecían lentamente.
Poco a poco, Carlos comenzó a ceder a las voces que le decían que la escritura era un camino incierto y poco práctico. Aunque seguía disfrutando de la literatura y escribiendo en su tiempo libre, relegó su pasión a un segundo plano y se enfocó en estudiar una carrera que consideraba más "segura". Se convirtió en un exitoso ingeniero, pero siempre había una parte de él que anhelaba lo que podría haber sido.
Un día, mientras ordenaba su antiguo escritorio, Carlos encontró una vieja libreta llena de poemas y relatos que había escrito en su adolescencia. Entre las páginas amarillentas, descubrió una nota escrita en su propia letra: "A mi yo de ayer, te pido disculpa si no pude hacer lo que quisiste ser..."
Aquellas palabras resonaron profundamente en el corazón de Carlos. Recordó la pasión que solía sentir por la escritura y la sensación de libertad que encontraba al expresarse a través de las palabras. Se dio cuenta de que había dejado de lado una parte esencial de sí mismo por complacer a los demás. Decidió que era hora de enfrentarse a su yo de ayer y perseguir su sueño de ser escritor.
Carlos se inscribió en talleres de escritura, leyó libros inspiradores y comenzó a escribir con más regularidad. Descubrió que el amor por la escritura nunca lo había abandonado por completo y que tenía una voz única y valiosa para compartir con el mundo.
Con el tiempo, Carlos se convirtió en un escritor reconocido. Sus historias conmovieron a los lectores y sus palabras resonaron en los corazones de aquellos que las leían. Publicó su primer libro y recibió el reconocimiento de la crítica literaria. Carlos finalmente había cumplido su promesa a su yo de ayer, convirtiéndose en el escritor que siempre había deseado ser.
Desde aquel día, Carlos siguió escribiendo con pasión y dedicación, compartiendo su amor por las letras y las historias con el mundo. A través de su escritura, inspiró a otros a seguir sus sueños y a no dejar que las expectativas de los demás les impidieran ser quienes realmente querían.
Fin
MxAx
viernes, 16 de junio de 2023
Y ya son 46...
Una madrugada de junio, en un día jueves bajo el signo de Géminis y el año de la Serpiente, presencié mi propio nacimiento después de muchos intentos y errores. Logré calcular con precisión la fecha y el momento exacto en el espacio y tiempo del universo. No vamos a hablar de paradojas, ya que Albert estaba equivocado con su teorema. Después de décadas, aprendimos cómo engañar las leyes de la física, aquello de que una misma materia podría ocupar dos espacios al mismo tiempo. Pero es difícil de explicar en pocas palabras cómo engañamos algunos principios de la física. Mi yo de 46 años presenció a mi yo recién nacido, pero no somos la misma entidad. El de 46 años es solo energía, mientras que el recién nacido está compuesto por moléculas que con el tiempo cambiarán de estado. Pero como dije, es complicado de explicar de manera sencilla.
Lo interesante e importante es observar cómo llegué a este planeta, ver a mi madre joven y a mi padre. Jamás pensé verlo tan delgado y con esos pantalones de estilo hippie, con su barba y bigote. Bueno, no era la década de los 60, pero se ve bien. Y mi madre, tan hermosa como siempre, con su largo cabello negro, me miraba con todo el amor del mundo. Ya tenía en mente mi primer nombre, que sería el de mi abuelo materno, y el segundo sería el de un amigo de mi padre. Siempre estuvo en discusión si poner el tercer nombre, el del padrastro de mi padre, pero mi abuela ganó esa decisión, así que tengo tres nombres.
En una madrugada del 16 de junio de 1977, llegué a este planeta. Me veo tan pequeño, tan frágil. No tengo idea de las aventuras que viviré ni de las desilusiones que me esperan, pero superaré las alegrías y los triunfos. Me encantaría escribirme una carta advirtiéndome sobre cada obstáculo y animándome a tomar otras decisiones, incluso advertirme sobre esa extraña gripe que vendrá de China y no tomarla a la ligera. Pero sé que no debo intervenir en nada, ni mucho menos en mi pasado. Solo se me permitió venir como Observador, fue un regalo que quedará grabado en mi memoria.
Ahora debo regresar a 2023 y entregar el artefacto que permite viajar a mi yo del 2037, el año en que logré realizar estos viajes. Espero que me permita acompañarlo y experimentar cómo será ese año. A decir verdad, no me veo tan viejo después de 60 años. Espero que me dé permiso para viajar al 2037. Este fue el mejor regalo que he tenido, este breve viaje a mi pasado y presenciar mi propio nacimiento. Espero que sea el inicio de muchos viajes y que pueda plasmarlos de alguna manera en este blog. ¿Seguiré escribiendo en 2037? No lo sé.
Este es solo el comienzo. Nos leeremos en el futuro...
Continuará...
MxAx