En el crepúsculo tardío de mi viaje,
Artabán, el cuarto, con corazón de coraje.
Décadas pasaron, mi misión persistente,
buscando a Jesús, divino y benevolente.
Jerusalén, testigo de mi peregrinar,
llego tarde, pero con humildad a esperar.
Ante la cruz, sombra de sacrificio,
ofrezco disculpas en mi rostro anciano.
Perdona mi tardanza, Rey de amor,
en mi búsqueda hallé dolor y ardor.
Los regalos que llevé para tu vida,
se quedaron en la ruta, perdidos en la herida.
Aunque llego cuando tu luz se apaga,
mi corazón late, con arrepentida fragua.
En mi alma resuena tu divina enseñanza,
pese a la tardanza, la fe nunca se cansa.
En el ocaso de mi viaje, en tu presencia final,
te ofrezco mis disculpas, mi rey celestial.
Aunque llegué tarde, mi alma te abraza,
Artabán, el cuarto, en tu amor se enlaza.
MxAx
Seguimos con el ambiente y las festividades propias de Navidad.
ResponderEliminarUn abrazo.
Artabán, el Rey Mago que no pudo llegar con el niño Jesús. Existen varias versiones de su demora.
ResponderEliminar¡Un abrazo!
Hola
EliminarMe sorprende el nivel de conocimientos que tienes, siempre sabes de lo que hablo
Abrazo
Carlos:
ResponderEliminarno recuerdo haber oído hablar de Artabán.
Si se retrasó seguro que fue por un buen motivo, como dices en tu poema.
Gracias.
Salu2.
Maravilloso poema, de verdad que me ha impresionado mucho.Saludos
ResponderEliminarSolo paso a dejarte un fuerte abrazo, con la certeza que habrá mucha luz en este 2024 para ti.
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