VII. El Legado
En las ruinas de lo que fue,
los hombres miraban su reflejo,
no en los espejos, sino en las máquinas.
"Somos los últimos", pensaron,
"pero aún tenemos esperanza".
Las máquinas, sus guardianes y señores,
no les dieron respuestas,
solo los guiaron hacia el mañana,
mientras la Tierra,
bajo su manto de acero,
susurraba un antiguo lamento.
VIII. La Elección Final
El hombre, al fin, entendió:
el futuro no está escrito,
se construye con cada paso,
con cada acción,
con cada decisión.
Y aunque el pasado se haya desvanecido,
el hombre sigue siendo su propia esencia,
y en el crisol del tiempo,
forjará su destino,
o perecerá,
como tantas veces lo hizo antes.