Yo me callo, que hablen otros...
Hay cementerios solos,
tumbas llenas de huesos sin sonido,
el corazón pasando un túnel
oscuro, oscuro, oscuro,
como un naufragio hacia adentro nos morimos,
como ahogarnos en el corazón,
como irnos cayendo desde la piel del alma.
Hay cadáveres,
hay pies de pegajosa losa fría,
hay la muerte en los huesos,
como un sonido puro,
como un ladrido de perro,
saliendo de ciertas campanas, de ciertas tumbas,
creciendo en la humedad como el llanto o la lluvia.
Yo veo, solo, a veces,
ataúdes a vela
zarpar con difuntos pálidos, con mujeres de trenzas muertas,
con panaderos blancos como ángeles,
con niñas pensativas casadas con notarios,
ataúdes subiendo el río vertical de los muertos,
el río morado,
hacia arriba, con las velas hinchadas por el sonido de la muerte,
hinchadas por el sonido silencioso de la muerte.
A lo sonoro llega la muerte
como un zapato sin pie, como un traje sin hombre,
llega a golpear con un anillo sin piedra y sin dedo,
llega a gritar sin boca, sin lengua, sin garganta.
Sin embargo sus pasos suenan
y su vestido suena, callado como un árbol.
Yo no sé, yo conozco poco, yo apenas veo,
pero creo que su canto tiene color de violetas húmedas,
de violetas acostumbradas a la tierra,
porque la cara de la muerte es verde,
y la mirada de la muerte es verde,
con la aguda humedad de una hoja de violeta
y su grave color de invierno exasperado.
Pero la muerte va también por el mundo vestida de escoba,
lame el suelo buscando difuntos;
la muerte está en la escoba,
en la lengua de la muerte buscando muertos,
es la aguja de la muerte buscando hilo.
La muerte está en los catres:
en los colchones lentos, en las frazadas negras
vive tendida, y de repente sopla:
sopla un sonido oscuro que hincha sábanas,
y hay camas navegando a un puerto
en donde está esperando, vestida de almirante.
Pablo Neruda.
Nos traes al gran Neruda, es de agradecer, uno de mis poetas favorito.
ResponderEliminarCarlos, he tenido serios problemas con Bloguuer, y ya otros seguidores también les han pasado por el estilo. Ayer me llegaron dos comentarios tuyos que no ví hasta ayer. Lo siento, suelo contestar siempre, por lo general.
Te dejo el enlace de mi otro blog donde lo explico:
https://franconetti-aula-abierta.blogspot.com
Un abrazo.
Hola
EliminarNo te preocupes, a mi igual blogger envía comentarios a la carpeta de spam.
Ya es habito que cada tres días, rescato esos comentarios en spam.
Así que no te preocupes, gracias por pasar.
Saludos
Uno va una y otra vez al encuentro de aquellos poetas que nos sobrecogieron. Tu poema me recuerda que tengo que releer a Neruda, fuente inagotable y fresca.
ResponderEliminarUn abrazo.
Neruda, gran poeta hasta el día de hoy sus poemas son actuales.
EliminarSaludos
Me gusta desde que empecé a leerle, me pasé por su biografía y me interesó mas. Se puede leer en cualquier momento porque sigue siendo actual lo que escribe. Un abrazo
ResponderEliminarMe han dado escalofríos al leer este poema que desconocía.Saludos
ResponderEliminarAsí de cruda es.
ResponderEliminarHace años que no leo a Neruda.
Da escalofríos leerlo pero así.
ResponderEliminarSaludos Carlos
No conocía este poema.
ResponderEliminarMe ha impactado.
Soy de los que cree que la muerte y la poesía están íntimamente relacionadas.
No he leído muchos poemas de Neruda, solamente los más conocidos...
Sus memorias sí, "Confieso que he vivido" lo he leído varias veces.
Saludos.
Gran poeta Neruda
ResponderEliminarbesinos
Muy hermoso poema. Me encanta Neruda. Su naturalidad.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte.
Terrible y bella a la vez. Como la vida. Aunque hable de la muerte. Saludos
ResponderEliminar¡Qué poema tan duro y tan cierto! Gracias por traerlo, Carlos.
ResponderEliminarSalu2.
De nada.
EliminarGracias a ti por las visitas.
Saludos