En el vasto horizonte de mis sentimientos,
despliego las palabras con ardor y aliento.
Ya no me guardo los "te quiero" en el pecho,
pues mi amor por ti ha florecido sin techo.
despliego las palabras con ardor y aliento.
Ya no me guardo los "te quiero" en el pecho,
pues mi amor por ti ha florecido sin techo.
Vienes y vas como la brisa en el viento,
pero en mi corazón dejo un firme cimiento.
Moriré de amor, sí, sin temor ni lamento,
pues amarte ha sido mi más noble intento.
Me he acostumbrado a tu presencia sublime,
enredando mis sueños y emociones en rima.
En cada verso y estrofa, eres mi canto y mi arrullo,
mi musa inspiradora, mi dulce orgullo.
Permite que el amor alcance su apogeo,
que mis versos te envuelvan con pasión y deseo.
Mejorando así este poema con devoción,
pintando con palabras el amor de corazón.