No pretendo con esta entrada dictar cátedra de la vida y después de la vida que hay?, ni mucho menos cuestionar al ser superior, solo puedo indicar que se termina un ciclo, y como muchas veces utilizo esta herramienta de la web con el fin de poder aliviar la pena, pero realmente no es pena por quien marcha, entiendo que es una persona mayor, pero me duele ver a mi madre al ver partir a su padre.
Se muy bien que es la ley de la vida, pero lo que me tranquiliza que mi abuelo en su cama esperando su ultimo baile nombro a mi abuelita, quien partió hace ya 30 años, si la memoria no me falla, aquel amor eterno que venció los años y ahora la vida misma, se muy bien que mi abuelo inicia un nuevo viaje al encuentro de su amada Yolanda.
Eso a todos nos tranquiliza y sabemos bien, que su tiempo acá en la Tierra fue cumplido, él jamás cuestionó la partida prematura de su mujer, solo entendió que debía estar sin ella, y ahora el encuentro en el cielo será como quienes no se veían hace tanto tiempo, y ahora tienen mucho que contar que sus hijos están grandes , que los nietos algunos casados, otros ya con hijos, más gordos y menos pelos, tienen mucho que decir pasear por toda la eternidad y estar juntos , ahora para siempre...
Nos volveremos a ver con otro rostro, quizás en cuerpos distintos, pero la sabiduría y la mirada serán las mismas...
Nos volveremos a ver con otro rostro, quizás en cuerpos distintos, pero la sabiduría y la mirada serán las mismas...
CarlosMxAx
Me recordaste la partida de un ser querido. Serena y y aliviada. Me enseñó mucho.
ResponderEliminarYo también trato de pensar que mantenemos contacto con quienes queremos, más allá de la muerte. y pro otro lado, lo siento.
Seguro que tu abuelo se encontró con su Yolanda, y que no los olvidan ambos al resto.
Bien por expresarlo por acá.
Saludos
gracias por tu apoyo y por leer...
EliminarFuerte abrazo para vos!! el dejar ir a un ser querido es un camino duro.. Lo he pasado, y me ha costado.
ResponderEliminarEsos suspiros finales, esas últimas palabras.. lo que reconforta es confiar en que más allá están al final juntos... y si hubo amor, ese amor es el que nos mantiene estables...
Como quisiera beber también de las aguas del Lete...
besos y abrazos Carlos, nos estamos leyendo.
Te acompaño en el sentimiento, Carlos. Es ley de vida, pero, aunque fuera una persona mayor, las partidas sin retorno siempre duelen. Soy incapaz de dar una respuesta a la reflexión que planteas, porque cada religión o cada filosofía nos presentan un panorama distinto. Pero, yo soy seguidor de las ideas de Jung, y personalmente su respuesta sobre el tema me resulta bastante convincente y tranquilizadora. Lo puedes ver en este video. Un fuerte abrazo, compañero.
ResponderEliminarSea de esta manera como debamos despedir a los que se van, con la convicción de ir a un lugar mejor a reencontrarnos con nuestros afectos.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte.
Ciertamente nadie ha vuelto para contar la experiencia y todo cuanto digamos pueden ser meras especulaciones. Creo que en el más allá no somos reconocibles tal y como lo entendemos en esta vida. Me baso en la pincelada que al efecto existe en los Evangelios: "iban camino de una aldea llamada Emaús... Jesús en persona se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo... Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron." Lc 24, 13-31
ResponderEliminarPor todo ello, creo que el reconocimiento en el lugar de las almas tiene muy poco que ver con aquellos que conocemos y podemos esperar.
Un fuerte abrazo.
Abrazo fuerte...
ResponderEliminargracias...
EliminarFuerza y consuelo en tu corazón¡
ResponderEliminarBesos de calma y serenidad
♥♥♥
no hay palabras
ResponderEliminarpero se te acompaña en el dolor
se comparte
abrazo
La mejor respuesta en estos casos, frente al hondo misterio de la muerte, es el acompañamiento desde la presencia y el silencio contempaltivo y compasivo del misterio.
ResponderEliminarUn abrazo!
Fer