Tratando de evadir un poco del tema del Covid, y de que de la Delta, parece que saltaremos a la Epsilon, prefiero hablar o escribir de otras cosas.
Esta entrada remonta a finales de la década de los 80 y principios de los 90, cuando el Internet era cosa de adinerados y empresarios, y la mayor entretención con mis hermanos y amigo, era ir al cine los miércoles de rebaja, cuando las películas se estrenaban un jueves y lo máximo de tiempo en cartelera era una semana, así que antes que dejase la cinta esa semana existían los miércoles a mitad de precio y rotativos.
Recuerdo muy bien, que se compraba la entrada en el mismo momento de ver la película, nada de reservas ni cosas actual, si la película era buena, típico de filas enormes que daban la vuelta a la manzana, el clásico maní confitado en la entrada, antes de ingresar, como también aprovechar de ver la cartelera de las próximas películas que vendrían, no existía ni avance, ni comercial por televisión promocionando la película, todo era del boca a boca, la recomendación, y en mi caso particular de revistas que comprábamos de segunda mano, como por ejemplo el Fangoria, TV-Cine, y varias otras que no recuerdo su nombre, como dije al inicio no existía el Internet como hoy en día.
Como les contaba después de comprar la entradas, ingresábamos pero no de inmediato a la única sala del cine, había una especie de hall, que en pequeñas vitrinas, habían fotografías de escenas de la próxima película a estrenar, con mis hermanos sacábamos cuenta, de que ahorrar o que "trabajito" realizar para juntar el dinero para el próximo miércoles.
Ya dentro de la sala del cine, si llegabas temprano podías elegir tranquilamente donde sentarte, generalmente era al medio y cerca de un pasillo, ya que un dato que no nombre generalmente los miércoles era de doble presentación de películas, y a veces daban una tercera si no era muy buena una de las películas, así que existía un entremedio, para que uno podía ir a baño, o ir a comprar bebida o algo para comer.
Y una de las tantas anécdotas del cine, era el joven de la moto, en el antiguo Cine Nacional de Antofagasta, tenia un pequeño cine al lado sur de la ciudad, que exhibía las mismas películas, pero en orden inverso, debido a que cuando terminaba una película el joven de la moto, debía que atravesar casi la mitad de la ciudad para dejar el rollo de cinta al otro cine, e intercambia la que se estaba dando en el otro cine, todo se complicaba cuando las películas eran muy largas o venían en dos rollos de cinta, ya que a veces en la mitad de la película se hacia el descanso si no llegaba a tiempo, o como también en oportunidades se equivocaban en el orden de exhibir la película, y la pifiadera dentro del cine era enorme.
Eran otros tiempos, los rotativos eran eternos, si querías podrías ver la película dos veces, nadie te echaba, o cuando las veces la película era para adulto, mandabas al hermano mayor a comprar la entrada, y en el corta ticket pasábamos muy rapiditos, cuantas películas de terror vi sin cumplir la edad.
Recuerdo haber visto, La muerte de Freddy, aquella que venia con todo un sistema revolucionario en 3D, con el uso de lentes azul y rojo, las imágenes salían de la pantalla. Como también vi en una triple función, fue MoonWalker, junto a Lost Boys o Generación Perdida como se llamo en Chile, en otras oportunidades vimos las Tortugas Ninjas, la primera no la de hace unos pocos años, y un sinfín de películas.
Hoy el cine Nacional, ya no existe, con la llegada de las cadenas internacionales terminaron de matar el cine de pueblo, donde todos nos conocíamos, al joven de la moto, al acomodador, a la vieja pesa de las venta de entradas que por cien pesos no te vendía, a la señora que se ponía en la entrada con sus maní confitados, y su bebidas heladas.
Con la llegada de las multinacionales, se acabaron las funciones dobles o triples, ni mucho menos de repetir películas, ya no había fila, ni mucho menos el posterior comentario saliendo del cine, terminaba la función y cada salia en silencio.
Eran otros tiempos, en que sin conocerte te cuidaba el asiento, para poder ir al baño, y no olvidar de la propina al acomodador, y el infaltable aplauso si la película era buena, hoy todo eso ya no existe, y más actual con el maldito bicho ni al cine podemos ir.
Con la llegada del internet, el netflix y cuanta cosa nueva, se ha perdido tradiciones de antaño, si ir al cine era todo un panorama.
En fin, son otros tiempos, y como tanta cosa que ha sucedido al final nos iremos acostumbrando al ver el cine en la casa, se perderá la emoción de la sala negra, y que inicie la película con una orquesta y sonido que te rompa los tímpanos, o incluso llegar al punto de poder estar inserto en la misma película.
Espero que pase pronto todo, y que ganas de ir a meterme a un cine, no importa que sea una película repetida o antigua, pero se extrañan los tiempos pre-pandemicos, ya esta bueno, ya más de año y medio de aislamiento.
Solo queda decir que sigan cuidando, en mi país ya se esta planificando una tercera vacuna, y los más probable es que sea una cada año, como se ve que se esta dando la cosa.
Aunque la autoridad autorice medidas fuera de lugar o de lógica, mantengan la mascarilla y el distanciamiento físico, y no dejen de lavarse las manos con jabón, o alcohol gel.
Que tengan un feliz fin de semana, y un buen principio de julio.
Abrazos/Saludos
Nos leemos en el futuro...
CarlosMxAx