Ya pesa el lunes en mi espalda,
como si arrastrara un colchón vacío,
y tu café es un escudo raído
contra la cruel resaca de la semana.
“Los estás haciendo horrible”, murmura la voz de mi mente,
cuando el teclado rechina con versos torpes,
pero no te rindas: aún hay esperanza
de salvar este poema antes que julio diga adiós.
El reloj parpadea lenta la hora,
las ganas se esconden detrás del despertador,
y aunque mis rimas parezcan chiste viejo,
sigue, poeta, que la vida te lo pide, por favor.
Así que respira hondo, mete cara de héroe,
pisa fuerte el lunes con calcetines impares,
que “los estás haciendo horrible, pero no te rindas”:
¡venga, que casi es agosto y puedes con esto y más!
MxAx