Cuanta veces dijimos, que no deberíamos; cuantas veces lo pensamos, pero dentro de nuestra propia arrogancia, los hicimos cada vez mas inteligente.
El día señalado llegó, y no hicimos nada para remediarlo, antes nuestras propias narices les entregamos el control, ahora nos manejan, nos dicen que debemos hacer, de ser dueños pasamos a ser esclavos.
Dentro de mi madriguera, solo puedo ver que sucede en ciertas horas del día, realmente no se como llegamos a este momento, si cuanta veces pensamos en corregir el camino, y no hicimos caso.
Las grandes ciudades ya no existen, tomaron el control, solo espero que no sea el único, solo espero que alguien lea este escrito.
Sin tan solo supiera que encontrare al otro lado de la ciudad, pero se muy bien que si me quedo en un sitio mucho tiempo, me hallaran...