El día de hoy no tenia pensado publicar alguna entrada en mi blog, tan solo había ingresado para leer a los colegas blogeros y que cuentan en distintos puntos del mundo, y en una de las entradas del Sr. Francisco Espada hace alegoría a la Luna, yo por mi parte le comento que desde niño y hasta el día de hoy, siempre he visto en la Luna un conejo gigante de largas orejas, buscando en la web, para saber que aquella imagen tuviese algún significado psicológico, como los sueños, me pongo a buscar en la web, y me encuentro en youtube un breve cuento Mexicano del conejo en la Luna.
Que recuerde jamás había escuchado aquel cuento, además difícil que me le contaran ya que es de origen Mexicano y yo de Chile, la idea del conejo en la Luna, la tengo desde muy pequeño, en el cual puedo ver su orejas, boca y cuerpo muy bien definidos, si incluso a veces le comentaba a mi novia y me decia que no veia nada de lo que le decia.
Solo lo dejo como anécdota, como sin querer hoy aprendí algo nuevo, y me dejo más preguntas, el conejo en mi memoria, será carga genética? o vidas pasadas? o tan solo coincidencia....???
Para los que no pueden ver el video, dejo el mismo relato escrito más abajito... que tengan un lindo fin de semana, nos leemos en el futuro.
CarlosMxAx
Quetzalcóatl, el Dios grande y bueno, se fue a viajar por el mundo transformado en un hombre. Como había caminado todo un día, a la caída de la tarde se sintió fatigado y con hambre. Aun así siguió caminando y caminando, hasta que las estrellas comenzaron a brillar y la luna se asomó a la ventana de los cielos.
Entonces se sentó a la orilla del camino, y estaba allí descansando, cuando vio a un conejito que había salido a cenar.
-¿Qué estás comiendo?, - le preguntó.
-Estoy comiendo zacate. ¿Quieres un poco?
-Gracias, pero yo no como zacate.
-¿Qué vas a hacer entonces?
-Morirme tal vez de hambre y de sed.
El conejito se acercó a Quetzalcóatl y le dijo;
-Mira, yo no soy más que un conejito, pero si tienes hambre, cómeme, estoy aquí.
Entonces el dios acarició al conejito y le dijo:
-Tú no serás más que un conejito, pero todo el mundo, para siempre, se ha de acordar de ti.
Y lo levantó alto, muy alto, hasta la luna, donde quedó estampada la figura del conejo. Después el dios lo bajó a la tierra y le dijo:
-Ahí tienes tu retrato en luz, para todos los hombres y para todos los tiempos.