Hola, lunes… ¿otra vez tú?
Llegas con cara de “¡vamos, actitud!”,
pero traes la resaca del calendario
y el café frío de un purgatorio diario.
Llegas con cara de “¡vamos, actitud!”,
pero traes la resaca del calendario
y el café frío de un purgatorio diario.
Saltas en la esquina, sí… como un ladrón,
robándome el sueño y la motivación.
¡Oh, sol brillante, qué cruel ironía!,
das luz a un mundo que igual me fastidia.
Y tú, julio, no te hagas el poeta,
con tu invierno largo y tu falsa receta.
Nos dejaste mocos, cuentas, demencia,
¿y esperas que te despida con paciencia?
Promesas de agosto, ¡no me hagan reír!,
es solo julio disfrazado, por seguir.
Más frío, más gastos, más lunes ingratos,
y el mismo jefe con mails insensatos.
Papel en blanco, semana nacida…
prefiero quemarlo, gracias, sin medida.
Porque la aventura que tú me prometes,
es correr tras buses y pagar billetes.
Así que adiós lunes, adiós mes traicionero,
me quedo en mi cama, sin fe ni sendero.
Despiértenme en viernes, si no es mucho enredo…
o mejor en septiembre, si es que aún quedo.