jueves, 5 de septiembre de 2024

Viajeros...

Había una vez un intrépido viajero del tiempo llamado Carlos. Su aventura comenzó cuando, en un encuentro misterioso, él mismo, un anciano Carlos proveniente del futuro, le entregó un artefacto que le permitiría viajar a través de las eras. Con emociones que mezclaban la curiosidad y la excitación, Carlos joven decidió aventurarse al pasado remoto, a la época de los dinosaurios.

Antes de iniciar su viaje, el anciano Carlos del futuro le advirtió solemnemente: "No debes interferir en el curso natural de las cosas. Observa, aprende, pero no toques nada. El equilibrio del tiempo es frágil, y cualquier pequeña alteración puede tener consecuencias inimaginables".

A pesar de la advertencia, la impaciencia y la tentación llevaron a Carlos a ignorar las palabras sabias del anciano. Al llegar al periodo de los dinosaurios, quedó maravillado por la majestuosidad de estas criaturas prehistóricas. Sin embargo, la fascinación pronto se transformó en una curiosidad insaciable.

Contra todo consejo, Carlos decidió explorar más de cerca a los dinosaurios y, en un momento de imprudencia, tocó una planta que, sin darse cuenta, estaba destinada a convertirse en parte vital del ecosistema. Esta acción aparentemente insignificante desencadenó una serie de eventos que alteraron el flujo del tiempo de manera irreversible.

Al regresar al presente, Carlos notó de inmediato que algo estaba mal. Las ciudades modernas habían desaparecido, reemplazadas por exuberantes selvas y vastas llanuras donde los dinosaurios caminaban en lugar de los humanos. Se dio cuenta de que su imprudente acto había alterado la cadena alimentaria y el equilibrio ecológico, llevando a los dinosaurios a la cima de la cadena evolutiva.

Desesperado por corregir su error, Carlos regresó al pasado, esta vez decidido a reparar las consecuencias de su intromisión. Sin embargo, cada intento por corregir el curso del tiempo solo parecía empeorar las cosas. Con el peso de la responsabilidad sobre sus hombros, Carlos se enfrentó a la realidad de que sus acciones habían cambiado el destino del planeta de una manera que no podía deshacer.

El anciano Carlos del futuro, al darse cuenta de la imposibilidad de remediar el error, propuso una solución drástica: destruir esa línea de tiempo con un meteorito y quedarse con otra línea de tiempo donde los dinosaurios murieran en el pasado y los humanos dominaran la Tierra.

Carlos joven, atormentado por sus acciones, aceptó la propuesta del anciano. Juntos, lanzaron un meteorito desde el futuro, alterando la realidad y cerrando la línea de tiempo donde los dinosaurios dominaban el mundo. Aunque la solución era extrema, era la única manera de restaurar el equilibrio y permitir que la humanidad floreciera en el presente...


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