Cuenta una antigua leyenda mapuche que la luna (Kuyén) y el sol (Antú) se casaron muy enamorados, un día de otoño ante la presencia de Nguenechen (Dios).
Kuyén tenía un carácter suave y un corazón tierno y atendía las necesidades de la mujeres y los niños, en cambio Antú tenía un corazón bravo y valiente y se preocupaba por todos los hombres.
Todo iba muy bien, pasaban sus días recorriendo el cielo, cuidando de todos los mapuches, pero con el paso del tiempo comenzaron a tener discusiones y diferencias que finalmente los llevaron a separarse para siempre, desde ese momento comenzaron a recorrer solos el cielo. Antú comenzó a salir de día y Kuyén comenzó a salir de noche.
Cierto día, cuando Antú estaba calentando la tierra, fijo su mirada sobre una hermosa mujer enamorándose perdidamente de ella, la llevo al cielo y le puso el nombre de astro dorado (Collipal) que nosotros conocemos como lucero.
Una noche en la que Kuyén salió a recorrer los cielo más temprano los sorprendió besándose muy enamorados y sin poder contener su llanto, lloro tanto que sus lágrimas llegaron hasta el Mapu (la tierra).
Cuenta la leyenda que así fue como se formaron los hermosos lagos del sur y fue al ver la belleza de lo que había creado, Kuyén (la Luna) volvió a sonreír.
Nos leemos en el futuro...
CarlosMxAx
Una leyenda preciosa, ambos avanzaron, de forma distinta, pero lo hicieron
ResponderEliminarUn saludo, Carlos
Disculpa, Carlos, al validar el comentario lo borré sin querer. El liberalismo me ataranta. Perdón.
ResponderEliminarSalud.
no hay problema, ya esta solucionado, a la vez ya leí tu respuesta, si a veces muy "ultraliberal"...
Eliminarsaludos!
Recuperó Kuyén su alegría al ver la hermosura que sus lágrimas crearon. Qué bonita leyenda.
ResponderEliminarTe deseo muy feliz domingo, Carlos.
Hola Carlos, no encuentro hoy "domingo dominical" pero me encuentro esta preciosa leyenda mapuche. Gracias por compartirla.
ResponderEliminarMe gustan mucho las leyendas, de hecho en un par de ocasiones he publicado algunas en mi blog, también de pueblos originarios.
Abrazo ¡buena semana!
una preciosa leyenda.
ResponderEliminarInteresante historia... ¿Cómo nacieron las estrellas para los mapuches? Eso poblaría todo el firmamento.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Qué leyenda más tierna!!
ResponderEliminarMe parece precioso ♥
Una leyenda que nos demuestra que hombres y mujeres hemos dido más o menos los mismos en cualquier país y cultura. Ni el tiempo ni la geografía nos diferencia tanto. Aunque las leyendas embellecen nuestras pulsiones.
ResponderEliminarEso, bien.
ResponderEliminarUn saludo, y que todo esté de lo mejor allá.