lunes, 9 de abril de 2012

Día Cero

En el capitulo anterior...

     Esperamos llegar pronto a algún lugar, ya que realmente no sabemos si vamos en una dirección adecuada, olvido mencionar que después del haz de luz, ya varios son los días, que en el desierto se levanto una tormenta de arena, la cual solo nos deja ver a solo dos metros de distancia, la luz del sol, llega muy tenue, y de la noche, prefiero no hablar...




En el capitulo de hoy...

     Si las noches son muy frías, pero lo más preocupante era el silencio, silencio absoluto, solo escuchábamos nuestra respiración. Los 15 seguíamos vivo, dejamos atrás el vehículo accidentado, tratando de buscar un poblado cercano, para pedir ayuda a los mal heridos que quedaron atrás, pero el caminar se hacia eterno, al igual que en la faena tome la iniciativa de dirigir el destino de nuestro deambular, donde debiamos detenernos y donde parapetar para pasar la noche fría. Pasado la semanas ya el desierto se nos hacia familiar, sabíamos muy bien a que hora debíamos parar, ya que el clima era muy ordenando en su rutina y las tormentas de arena eran muy puntuales todos los dias.

     También supimos que bichos comer y de cuales no, recuerdo que en los primeros días, los dolores estomacales que tuvimos al comer el insecto equivocado, a su vez como recolectar agua del sereno, y no olvidar que debíamos enterrarnos bajo la arena, para soportar el frió.

     Pero, pasado varias semanas, había mucho calor de día y frió de noche, no encontrábamos poblado alguno, solo nosotros quince, no había señales de vida humana, y ya llevábamos, si no saco mal la cuenta, dos semanas perdido en este inmenso desierto.

     Ya el tema del accidente es solo un recuerdo, muchos quisimos olvidar las imágenes del fuego y que decir del haz de luz...

(continuará)

8 comentarios:

  1. retomando otro intento de novela...

    ResponderEliminar
  2. Hola amigo!!! puede ser que ubiques la acción en algún desierto chileno??? Besos españoles.

    ResponderEliminar
  3. El silencio de la inquietud, de la soledad y del frio, da mas miedo que lo que realmente se vive.
    Esperando el próximo

    ResponderEliminar
  4. Y qué pasó?
    Quiero saber cómo quince personas se unen para salir bien librados de algo así, los momentos mas vulnerables de otros, donde el miedo a morir es lo único que te alienta a salir vivo de eso.

    Saludos

    ResponderEliminar
  5. ammmm... por si acaso,... habrá Zombies??? así me late... :D... y bueno ojala que pronto leamos lo que sigue! Beso!...♥

    ResponderEliminar
  6. Me atrapan los desiertos... =) quiero leer lo que sigue.

    Por cierto ¿ya leíste "La mujer de Arena" de Kobo Abe?

    ResponderEliminar
  7. Menuda aventura!!! a ver que ocurre cuando el agua escasee :)

    Un abrazo enorme

    ResponderEliminar
  8. Buen relato, imagino que mas adelante se encontrarán con un oasis, donde podrán recuperar fuerzas y descubrir que huyeron en sentido contrario ya que a pocos metros del accidente se encontraba un poblado
    ...oculto tras un cerro. Plop!

    Nunca se debe ingresar al desierto sin avisar, dar la ubicación exacta donde se estará como la de llevar siempre consigo un celular y en lo posible un GPS o una modesta brújula en su defecto.

    Esperando ansiosamente un nuevo capítulo me le despido y me voy para la siguiente dentrada.
    Saludos accidentados.

    ResponderEliminar