domingo, 11 de diciembre de 2011

Artabán: La historia del cuarto Rey Mago



   Hoy vamos con un poco de cultura popular, según cuenta la tradición que los reyes viajaron desde el lejano oriente guiados por una estrella y cargados con regalos para ofrecer al Mesías que nacería en Belén.

   Melchor, Gaspar y Baltasar, llegaron a tiempo al pesebre donde nació Jesús y entregaron los regalos que traían para adorarlo: Oro, incienso y mirra.

   Sin embargo, pocos saben que en realidad eran cuatro los reyes magos que debieron haber llegado aquella noche a Belén, pero, ¿Qué pasó con el cuarto rey mago?

   Artabán era el nombre del rey que jamás conoció a Jesús.

   Su historia se encuentra en algunos textos antiguos que dan cuenta del largo camino que recorrió buscando a Jesús para entregarle el regalo que debió haberle obsequiado la noche en que nació.

   Artabán junto con Melchor, Gaspar y Baltasar, habían hecho planes para reunirse en Borsippa, una antigua ciudad de Mesopotamia desde donde iniciarían el viaje que les llevaría hasta Belén para adorar al Mesías.

   El cuarto rey mago llevaba consigo una gran cantidad de piedras preciosas para ofrecer a Jesús, pero cuando viajaba hacia el punto de reunión encontró en su camino a un anciano enfermo, cansado y sin dinero. Artabán se vio envuelto en un dilema por ayudar a este hombre o continuar su camino para encontrarse con los otros reyes. De quedarse con el anciano, seguro perdería tiempo y los otros reyes le abandonarían. Obedeciendo a su noble corazón, decidió ayudar a aquel anciano.

   El tiempo había pasado y en el punto de reunión no encontró más a sus tres compañeros de viaje.

   Decidido a cumplir su misión, emprendió un largo camino sin descanso hasta Belén para adorar al niño, pero al llegar, Jesús había nacido y José y María estaban rumbo a Egipto, escapando a la matanza ordenada por Herodes.

   Artabán emprendió entonces un viaje en el que, por donde quiera que pasaba, la gente pedía su auxilio, y él, atendiendo siempre a su noble corazón, ayudaba sin detenerse a pensar que el obsequio de piedras preciosas que cargaba, poco a poco se reducía sin remedio. En su andar, Artabán se preguntaba: ¿Qué podía hacer si la gente le suplicaba por ayuda? ¿Cómo podría negarle ayuda a quien la necesitaba?

   Así pasaron los años y en su larga tarea por encontrar a Jesús ayudaba a toda la gente que se lo solicitaba.

   Treinta y tres años después el viejo y cansado Artabán llegó por fin a donde los rumores le habían llevado en su larga búsqueda por Jesús. La gente se reunía en torno al monte Gólgota para ver la crucifixión de un hombre que, decían, era el Mesías enviado por Dios para salvar las almas de los hombres. Artabán no tenía duda en su corazón, aquel hombre era quién había estado buscando durante todos esos años.

   Con un rubí en su bolsa y dispuesto a entregarla joya pese a cualquier cosa, Artabán encaminó sus pasos hacia aquel monte, sin embargo, justo frente a él apareció una mujer que era llevada a la fuerza para ser vendida como esclava para pagar las deudas de su padre. Artabán la liberó a cambio de la última piedra que le quedaba de su basto tesoro.

   Triste y desconsolado, nuestro cuarto rey mago se sentó junto al pórtico de una casa vieja. En aquel momento, la tierra tembló de forma brusca y una enorme piedra golpeo la cabeza de Artabán. El temblor aquel anunciaba la muerte de Jesús en la Cruz.

   Moribundo y con sus últimas fuerzas, el cuarto rey imploró perdón por no haber podido cumplir con su misión de adorar al Mesías. En ese momento, la voz de Jesús se escuchó con fuerza: Tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, estuve desnudo y me vestiste, estuve enfermo y me curaste, me hicieron prisionero y me liberaste. Artabán, agotado, preguntó: ¿Cuándo hice yo esas cosas? Y justo en el momento en que moría, la voz de Jesús le dijo: Todo lo que hiciste por los demás, lo has hecho por mí, pero hoy estarás conmigo en el reino de los cielos.

   Se acerca de manera agigantada la navidad y el año nuevo, y se nos fue otro año, nos estamos leyendo hasta otra oportunidad.

saludos!!!




carlosmXaX

7 comentarios:

  1. Hola!!!! Qué bueno lo que nos cuentas!!!! No sabía del cuarto rey mago.... seguro que era el mejor de todos por lo que nos informas!!!!
    Jejejejejeje, este año se lo pediré a él... a ver si me hace más caso. Besos.

    ResponderEliminar
  2. Hola amigo, todo bien

    El terremoto duro casi 1 minuto y fue de 6.8

    se fue la luz, habia muchos helicopteros, patrullas y ambulancias, se sintio muy fuerte, afortunadamente no paso nada grave

    Amigo, gracias por el interes, yo si me espante feo y afuera habia luna llena

    Suerte!

    ResponderEliminar
  3. Hombres lobos, y los dresden dolls en parque españa


    Mexico DF y sus temblores,
    pero el metrobus fue gratis

    besote

    Saludos n_n

    ResponderEliminar
  4. hola, esto es digno de una novela, interesantísimo, nunca había escuchado esta historia
    sí la que dice que los reyes magos solo eran magos, pero como sonaba muy pagano los padres de la iglesia decidieron convertirlos en "reyes" para darle más empaque a la historia
    un saludo!
    Raúl
    maestrazgomagico.blogspot.com

    ResponderEliminar
  5. No conocía la historia de Artabán, y me ha encandilado, me parece un tipo "de puta madre" (esta expresión por aquí es un piropo, lo aclaro porque igual en otros lugares no se entiende).

    No todos los reyes son así de generosos, más bien ninguno, así que este cuarto rey mago se merece, por lo menos, un brindis de esos que se hacen con el corazón.

    Saludos

    ResponderEliminar
  6. Sabia que habia un 4to Rey Mago... pero no sabia su historia... me encanto leerla... habra que ponerla en practica, dar de beber al sediento, dar de comer al hambriento... Excelente POST! Saludos Carlos! =)...♥

    ResponderEliminar
  7. "y yo ni me moví de mi escritorio", podría haberle dicho Jesús a este 4º Rey Mago, jeje.

    Lo material "vale hongo" literalmente a la hora de pasar a la Otra Vida, al quedar sin oro ni moro el 4º Rey Mago sin querer se compró el mas preciado de los pasajes al paraíso, ese al que los ricos no lograrán ingresar jamás.

    "Es más facil hacer pasar un camello por el ojo de una aguja a que un poderoso llegue a los cielos", dijo El Pulento.

    Que tenga una linda Pascua iñor.
    Saludos.

    ResponderEliminar